9 de junio de 2011

Pelis de dudosa moral

Continuo con la línea de los últimos post, engarzado con el hecho de que estoy consumiendo demasiado cine, y "recomiendo" algunos films para recluirse en casa en estos días que la ceniza se convierte en un invitado no deseado de los hogares de GBA y el resto del mundo hispanohablante, también. 

No estoy segura de que sea una característica deseable en una película (menos aún si esperamos que el relato represente de forma medianamente fiel la realidad), pero elegí como criterio de selección tres largometrajes en las que los héroes poseen una moral cuestionable. En líneas generales, se espera que los buenos se adecuen a lo que la media considera, precisamente, bueno, esperable, respetable en una sociedad y los malos sean viles, ni más ni menos. Por distintos motivos, considero que sin ser filmes sobresalientes dentro de la industria, los que siguen subvierten ese principio. 

The company men (2010) Boo-hoo! EE.UU. atraviesa una crisis importante en su economía y los chicos ricos se hacen menos ricos y pobres de ellos que experimentan el desempleo y se enfrentan a un mercado laboral en contracción. Si bien le doy el visto bueno por mostrar como para la mayor parte de los garcas portentados de hoy pueden ser los homeless de mañana gracias a una economía basada en el crédito y la especulación, me hubiera generado más simpatía que retraten qué sucede en la vida de alguien en un sector medio o medio bajo. Buen intento, pobre desarrollo de los personajes (el de Kevin Costner, sorprendentemente, era el más interesante y el menos explotado) y una conclusión inverosímil. 

Unknown (2011) Liam Neeson disfruta de la potencia de los títulos de una sola palabra. Tras haber representado a un tipo duro, dispuesto a todo para salvar a su hija, en Taken, regresa con este film en el que da vida a un hombre que se despierta tras haber pasado cuatro días en coma por un accidente, sólo para ver que nadie lo reconoce y otro hombre ha usurpado su identidad. Todo mientras está en Berlín para dar una conferencia en un congreso de biotecnología, donde un príncipe bondadoso del mundo árabe trabaja con un profesor alemán para acabar con el hambre en el mundo. Todo muy lindo, ¿no? Esperen a verla y saquen sus propias conclusiones. A mí me dejó un gusto a moral católica, con eso ya les digo mucho. 

Let me in (2010) Esta es un poco más viejita, remake de su homónima sueca, en sintonía con el revival vampírico de los últimos años, aunque más cercana a lo clásico que a la saga Twilight. Un niño de 12 años, más pequeño que sus compañeros, es acosado en la escuela, no tiene amigos y vive en un lugar lleno de nieve donde conoce a una nena que anda en patas y, a la sazón, es una vampiresa. Como no podía ser de otra manera, se hacen amigos. Tras la bella fachada inocente de Abby, el pobre infeliz queda bajo su hechizo y... bueno, película de vampiros, así que hay asesinatos para que la pobre pueda alimentarse y esas cosas. 

De las tres, mi favorita es Let me in, ya que desde que leí las Crónicas Vampíricas de Anne Rice me convertí en una fiel amante del género. Por ese motivo fui hasta New Orleans, para rastrear a mi querido Lestat, quien se escondió sistemáticamente y se debe haber morfado a algún borracho esa Semana Santa... Derrotero fantasioso aparte, cinematográficamente es la mejor lograda, seguida de cerca por Unknown (impecable mi fetiche Liam Neeson)  y en ultimísimo lugar The company men que, a pesar de ser un drama, me pareció la menos realista de las tres, casi un spot propagandístico. Eso sí, destacable la actuación de Tommy Lee Jones y de Chris Cooper. 

Enjoy!

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Dicen que uno no se escapa ni de los cuernos ni de la muerte... resulta que de los comentarios nada relevantes, tampoco.