26 de agosto de 2011

Mujeres del mundo, ¡uníos!


De lo menos a lo más, libros que cuentan historias de mujeres en distintos lugares del mundo, para llegar a la conclusión de que… ¡Los hombres son todos iguales!

Comer, rezar, amar  de Elizabeth Gilbert. Novela de fama mundial, tras la filmación de la película homónima protagonizada por Julia Roberts y Javier Bardem. Se trata de la historia de una mujer en medio de la crisis de los treinta que va a hacer a Italia lo primero, a India lo segundo y a Bali lo tercero. Mi mayor problema con la novela fue que, por un lado, no soy la persona más espiritual del mundo y, por otro, el estilo de Gilbert me parece totalmente desechable. Por una vez, el film fue mejor que el libro. Go figure!

Chicas de Riad de Rajaa Alsanea. Una perspectiva del amor y la vida de cuatro mujeres jóvenes en la capital del Reino de Arabia Saudí. En su contratapa dice algo así como “Sexo en la ciudad versión saudí” y tiene un poco de ello. Fue escrito por una joven de 25 años que sacudió a su convencional sociedad mediante la confesión de las transgresiones de las saudíes, con la esperanza de poder modernizar el país al que aman. Muy interesante.

Dos chicas de Shanghai de Lisa See. Conmovedora historia de dos hermanas, niñas mimadas de la sociedad china, quienes tras los bombardeos japoneses deben emprender un largo viaje a California, donde las espera una vida sin comodidades de ningún tipo en una Chinatown que está naciendo. La autora tiene una prosa deliciosa, bella y atrapante que invita a seguir y seguir y seguir leyendo.

Mil soles espléndidos de Khaled Hosseini. Impresionante libro que cuenta la vida de dos mujeres afganas, desde mediados de siglo XX hasta la era talibán. Leer este libro en sintonía con Chicas de Riad comprueba el abanico de matices en las culturas islámicas. Me llamó mucho la atención que fuera un hombre quien pudiera retratar de mejor manera el espíritu y el padecimiento de las mujeres en Afganistán, la hipocresía de los hombres, los esfuerzos por sobrevivir en un país donde ser mujer es un crimen por sí mismo.

También leí un libro escrito por el islandés Ólafur Olafsson, Viaje a casa, que no estuvo ni bien ni mal. La historia trata sobre una islandesa que habita en Inglaterra, se entera que se va a morir y decide volver a su país natal después de muchos años. Le reconozco el mérito de jugar con la temporalidad, viajando entre diferentes pasados y alternando con el presente, como si en verdad de recuerdos se tratase.

¡Buen fin de semana!

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Dicen que uno no se escapa ni de los cuernos ni de la muerte... resulta que de los comentarios nada relevantes, tampoco.