14 de julio de 2011

La UBA que no se pisa

Confieso que me encuentro en estado de emoción violenta. Tras los acontecimientos del domingo y algunas interacciones poco satisfactorias, mi ánimo busca altercados en cualquier lugar. Hoy tras  mucho tiempo de olvido consciente, se me ocurrió entrar en el sistema de gestión de mi carrera, Comunicación Social de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y revisar mi historial académico. Para mi sorpresa, apareció aprobada una materia cursada cinco cuatrimestres atrás y que ya había dado por perdida, abandonando toda esperanza de completar de una vez y para siempre la currícula.

Con la alegría a cuestas, digna hija de la era 2.0, compartí mi alegría en Facebook y llegaron así los comentarios de los recurrentes abandonos de la licenciatura. Sumado a ello, un breve paseo por Twitter y me encuentro con el debate TEA-Comunicación UBA. Algo que para mi cerebro formateado en la pasión por la gloriosa FSOC no puede asimilar que llegue a ser tema de discusión en un principio.

El primer (y me atrevo a decir único) punto a favor de TEA es la carencia de prácticas en la UBA, reclamo histórico de los estudiantes hartos de leer a Eco multiplicado por distintas materias o de atacar los mismos textos de Marx en el primer y último año. Analicemos algunas diferencias fundamentales:


TEA
UBA
Orientación
Periodismo
Periodismo, publicidad, comunicación comunitaria, políticas y planificación, procesos educativos.

Finalidad
Producir profesionales de mercado.
Capacitar analistas culturales e investigadores críticos para el desarrollo de la sociedad.

Herramientas
Prácticas concretas del quehacer periodístico.
Soporte teórico amplio y relativamente diverso, investigación y, en menor medida, trabajos de campo sobre organizaciones y talleres puntuales.


La sobreabundancia teórica es una de las quejas que los estudiantes de FSOC ponen en juego cuando se reclama por la reorganización del plan de carrera, acompañada de mayor diversidad de cátedras, la repetición de contenidos y el problema de la gran cantidad de finales obligatorios (ni mencionar la famosa tesina) que hacen que comunicación tenga una baja tasa de graduados y una inversamente proporcional alta de abandonos. Todo esto se vincula con la dificultad de encontrar una salida laboral tanto simultánea como posterior al egreso, muchas veces relacionada con una imposibilidad de definir el perfil del egresante. De hecho, me han ofrecido trabajo de telemarketer con la odiosa frase: “Vos te debés comunicar bien” o bien en entrevistas laborales, en el rubro de marketing, me preguntaron: “¿Y qué materias específicas tuviste para dedicarte a esto?”. Agua.

Retomo el tema de las prácticas: aprender a hacer un reportaje, comprender los criterios de noticiabilidad, obtener los principios de la producción audiovisual se pueden aprender en los talleres de la UBA. Sin embargo, adquirir un sedimento teórico como para ser capaz de profundizar en el análisis de la realidad no se consiguen en tres años en TEA. El periodismo no consiste exclusivamente en escribir cincuenta notas o producir veinte segmentos en un año de la tecnicatura. Implica una responsabilidad en la construcción de la percepción que el público tiene de lo que pasa, especialmente, con el caudal ingente de información y la multiplicación de canales por la que se la difunde.

En mi recorrido académico personal, tuve la oportunidad de hacer periodismo de verdad, tanto escrito como audiovisual. No obstante, no acaba ahí, sino que también trabajé con organizaciones sociales, de salud y gubernamentales en distintos momentos. Eso es práctica, así como analizar discursos en Comunicación III lo es o investigar Wikipedia como modelo de producción de conocimiento. Recuerdo que un profesor me dijo una vez que el estudiante de Comu tiende a no tomarse en serio a sí mismo y, en retrospectiva, estoy de acuerdo con él.

Seguramente, mi visión está sesgada por haber pasado por la FSOC, pero también mi compresión de lo que pasa alrededor mío lo está y agradezco por ello. Muchas veces, reniego de mi elección porque mi camino laboral lo recorrí según el arbitrio del mercado y hoy me dedico al marketing, en lugar de trabajar en el sector público como siempre soñé. Sin embargo, no puedo culpar a la universidad de ello porque de lo que más me gustaba, me dio lo mejor y con docentes de gran nivel. Es la UBA que no se pisa.


1 comentario:

  1. La gloriosa #Fsoc no tiene NADA que envidiarle a ninguna tecnicatura. y por más piedra que tenga ese camino, siempre será una herramienta de calidad! No me afloje eh! Pensá que ya te pasaron una nota que creías perdída, es una buena señal!

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Dicen que uno no se escapa ni de los cuernos ni de la muerte... resulta que de los comentarios nada relevantes, tampoco.